La incoherencia, elemento consustancial del comunismo (II)
En un alarde de sinceridad, cuatro días antes de la muerte de Lenin, Stalin proclamaba algo que todos, a excepción de los fanáticos, sabían: “Nunca, ni por un minuto, los bolcheviques concibieron el partido de otro modo que como organización forjada de una sola pieza, hecha de un solo pedazo, que posee una voluntad y que reúne en su labor todos los matices de pensamiento en una sola corriente de acciones prácticas”. (Dicho más claramente: una dictadura en la que él mismo marcaría todas y cada una de las reglas).